El viernes 11 de marzo de 2011 se produjo un terremoto en Japón de 8’8 grados en la escala de Ritcher. El terremoto ha ocasionado un tsunami con olas de diez metros de altura, que han golpeado la costa noreste del país. En la ciudad de Sendai los diques de los puertos no han podido resistir a la potencia del mar, que ha arrastrado barcos, coches y viviendas enteras. En pocos minutos el mar ha arrasado varias hectáreas de terreno, que han quedado cubiertas de toneladas de escombros. El aeropuerto de la localidad japonesa también se ha visto afectado por el tsunami, que ha anegado las pistas y ha obligado al personal y a los pasajeros a subirse a las azoteas de los edificios.
Las cifras de víctimas en Japón no paran de crecer: 3.373 muertos, 6.746 desaparecidos y 25.000 rescatados.
Por si fuera poco hay tres centrales nucleares afectadas por el tsunami. Los japoneses temen que el cuarto reactor de la central nuclear de Fukushima explote, ya que si lo hiciese se produciría una explosión atómica.
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